En el magnífico libro «Walkscapes», de Francesco Careri, se
escribe que el testimonio más antiguo de la existencia del hombre es la
impronta de un recorrido realizado hace 3.700.000 años y que ha quedado
solidificado en el barro volcánico. Este breve ensayo fotográfico incompleto recoge
una colección de otro tipo de huellas humana (Objetos), más contemporáneos, en
un entorno plenamente descontextualizado y natural. Al igual que con las
huellas del Australopithecus, Laetoli en Tanzania, a través del estudio de los
objetos (Huellas), podemos saber más de nuestros semejantes.