Georgia-Abjasia
Viajes“Quietud,
orden y una “felicidad” aparente
en un país anclado en el tiempo.”
A los que nos gusta aventura empujados por la curiosidad no
nos vale viajar a Londres, París, Roma o Berlín… pensamos que esos lugares
siempre permanecerán ahí o no se moverán nunca. A los viajeros que nos gusta la fotografía –que no turistas:
muy importante este apunte—, lo que nos gusta es experimentar y descubrir
lugares de los que todavía se ha escrito poco, que son desconocidos,
inexplorados, que los cubre un aura de exotismo o, por qué no, una pizca de
temor, «Lo que le da valor al viaje es el miedo.» decía Albert Camus (Carnets,
1, 1935-1942)
Después de que la curiosidad me llevará a visitar lugares como Corea
del Norte, Palestina, Irán —está última ya no tan desconocida—, el sur del
Líbano, Chernobyl, Moldavia y un largo etcétera… me decanté por empezar a
conocer los países que no son países, o siendo más concretos y técnicos: todos
aquellos estados que no tienen ningún reconocimiento mayoritario dentro de la
comunidad internacional como, por ejemplo, Transnistria, o Abjasia.
Si bien es cierto que la idea de explorar el Cáucaso, más
concretamente a Georgia, me resultaba una idea un tanto exótica e interesante,
mi objetivo era, sobre todo, entrar en Abjasia.
¿Pero dónde está Abjasia?, este curioso “país” está ubicado en la
vertiente suroccidental de la cordillera del Cáucaso, al noreste del mar Negro,
cuya capital es la ciudad de Sujumi. Es una república independiente de facto
desde 1992;
sin embargo, Georgia y la inmensa mayoría de la comunidad
internacional la consideran una república autónoma perteneciente a ese país,
mientras que Rusia, Nicaragua, Venezuela, Nauru y Siria la consideran un Estado
independiente.
Una de los primeros impactos fue la frontera de Georgia con Abjasia,
por ejemplo, esta es más dura que otras de países idénticos en los que he estado. La
imagen que muestra es como si volviéramos a los conflictos de Europa del este
en los 90: gente muy mayor cargada de bolsas, autobuses destartalados (algunos
de ellos todavía con el logo de ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados), que llegan y parten en frontera abjasio-georgiana. Otra de las experiencias que me asombró fue el trato fronterizo, a veces vejatorio, que dan por parte de los soldados abjasios
a los ciudadanos georgianos que van a entrar a Abjasia.
Una vez dentro de Sujimi, la capital de Abjasia es todo
calma. La ciudad está situada en una humilde ribera exótica llena de
vegetación, donde rusos con dinero vienen a pasar el verano de una forma
diferente. Son educados, amables, y el trato es exquisito.
Es curioso como repúblicas, tanto la de Abjasia como por
ejemplo la de Transnistria u otros países que se encuentran en este estado limbiótico,
parecen de mentira en la medida en que se percibe una quietud,
orden y felicidad que envuelve todos los espacios en una parsimonia total.
Camera: Canon 5D Mark II. Lens: Canon EF Serie L 24-70 mm 1:4 IS USM.
Editing: Adobe After Effects CC 2014 with Warp Stabilizer VFX.Color grading: Magic Bullet Film.
Music: The Original Song of Аслан Тлебзу, song "Si Uarad".